Para que haya una transición en tu vida, tiene que haber movimiento. El cambio es una constante y, a menudo, un catalizador para el crecimiento. Cada paso que das, cada esfuerzo que haces te acerca más a tus sueños y metas. No temas al cambio, ya que es el vehículo que te llevará a lugares nuevos y emocionantes. Recuerda que Dios siempre está a tu lado, guiándote y dándote la fuerza necesaria para enfrentar cualquier desafío. Sigue adelante con fe y determinación. Los pequeños movimientos…