Si hay algo que Naomi Kanet y Jeremy McQueen pueden afirmar es que a veces dejar atrás el pasado no es tan sencillo como parece, a veces, simplemente este se aferra a ti. De una manera muy dura, Naomi, aprendió que a veces los príncipes convierten en bestias y no de las buenas. Un divorcio, desconfianza, recuerdos que persisten junto a un miedo que no la abandona fue todo lo que a ella le quedó de Ronald, bueno, eso junto a un travieso, coqueto, atractivo e inteligente abogado por el que no…