Hailey Fort, una estudiante estadounidense de 13 años empezó a trabajar por su comunidad a los 9. Un día, le donó alimentos a una persona sin hogar, y, con el correr del tiempo, supo que tenía que hacer del mundo un mejor lugar para vivir. La joven empezó a repartir gratuitamente frutas y verduras de su huerto, y luego comenzó a construir lo que serían viviendas temporales. Según la niña, “todos deberían tener un lugar para vivir”.